Después del naufragio dos sombras nadan briosamente hacia el islote en altamar.
-¡Qué difícil, Dios mío! ¡Qué difícil!
-Sí, Capitán. Y si eso decimos nosotros, qué dirán los que sobrevivieron.
-¡Qué difícil, Dios mío! ¡Qué difícil!
-Sí, Capitán. Y si eso decimos nosotros, qué dirán los que sobrevivieron.
Tomado de: http://cuentominicuento.blogspot.com
Imagen: Abstract de López Ávila
Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo
2 comentarios:
Que ótimo!
Muy bueno!
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