martes, 16 de marzo de 2010

El proyecto de la velocidad de la luz - Héctor Ranea



Estábamos todos excitadísimos. La Directora del proyecto apenas podía respirar. Después de cuatro años de intenso trabajo (que no despreció burocracia infame, por cierto) el jinetillo de titanio iridio estaba listo para comenzar el experimento. La primera etapa fue elevarlo mediante un potente láser y que levitase a la altura del haz de neutrinos. Se suponía que se producirían taquiones beta, los que iban del futuro al pasado después de interactuar en el vacío. Esos taquiones deberían traernos noticias que quedarían impresas en la nave del jinetillo. Algunas cámaras de alta velocidad captaron un destello y después simplemente nada. Al escrutar el jinetillo con el microscopio de fuerza atómica, leímos un mensaje, efectivamente. A esta altura la Directora casi estaba desmayada. El mensaje decía: "Me enviaron esto al pasado. Me temo que el experimento ha fracasado. Albert Einstein". Lloramos amargamente una semana pero después retomamos la labor.

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