Al principio no puedo asegurar que lo escuchara, pero tuve esa extraña sensación de presencia que todos hemos sentido alguna vez. Fue de la misma manera que cuando alguien se sitúa detrás de nosotros, y aún así somos capaces de percibirlo sin haberlo escuchado.
Me vino a la mente Hitchcock y la inevitable "Psycho". La escena en la que Marion Crane es asesinada en la ducha. Y mi corazón empezó a latir, porque ya no eran sensaciones vagas, ahora escuchaba pisadas tan reales como la sombra que se proyectaba tras la cortina de plástico de la bañera.
Llenándome de valor, temblándome el pulso, aparté la cortina. Entonces lo vi claro. Ese tipo no venía a asesinarme. Bien vestido y armado solo con un portapapeles, no podía ser otro que un representante de la sociedad de autores, pretendiendo cobrarme el canon por tararear "Let it be" mientras me duchaba.
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4 comentarios:
Que bueno Javier!!
intriga inicial y humor final... no me extrañaría que llegáramos a ese punto! jaja.
Un abrazo!!
Genial...
Hágame caso, tararee progresivo solamente...
ótimo! não deixou de ser um assassinato da interpretação que me parecia magnífica!
A burocracia sempre atrapalha a arte!
Los burócratas metiéndose en todo. Ahora bien, si sólo fuera para cobrar derechos de autor por lo que cantamos en la ducha... Recuerdo que escribimos uno juntos, Javi, sobre la burocracia metiendose en las ganas de fumar de la gente. Pero creo que permanece inédito. Hay que solucionar eso.
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