Desde que tengo turno de noche no coincidimos en casa. Hace años que no nos vemos, pero nunca me preocupé por nuestra relación. Nos hemos comunicado siempre: mensajes, cartas, regalos, sorpresas. Recuerdo haber seguido un rastro de papelitos por la casa y meterme en la cama solo, pero feliz. Me acuerdo de nuestras peleas, de nuestras reconciliaciones y también, del modo en que ella ha luchado siempre para que no cayésemos en la rutina.
Sin embargo, desde hace un tiempo, sus notas son informativas, telegráficas, sosas, frías y lo que es peor, están escritas siempre con la misma letra.
Tomado del blog Microrrelatos al por mayor
No hay comentarios:
Publicar un comentario