No está desnudo. No está petrificado en una estatua. Ni enfriado en el bronce.
No tiene un sexo demasiado grande. O demasiado chico.
No tiene el pelo ensortijadamente rubio. Tampoco negro. Sí, son chicas las manos del ángel. Pero saben.
Él no es. Sólo va por la vida siendo ángel. Entonces duerme. Se levanta de mañana y toma mate. No lee diarios, ni escucha radio. No le gusta que le mientan. Al ángel.
Trabaja y come. No siempre usa jeans; cuando es necesario; traje. Corbatas tiene: tres. Cuando es necesario; hace el amor. El ángel.
Acerca de la autora:
Diana Sánchez
2 comentarios:
me gustó el estilo, el tono poético...
muy bueno.
Muy buen cuento, me gustò . muy bien logrado su costado poètico.
Publicar un comentario