El corazón me dio un vuelco al verla en el suelo indefensa, rota, desgarrada. Su estrecha cintura y sus generosas caderas, criminalmente quebradas. Su cabeza, hermoso remate de un cuerpo armónico y perfecto, partida en dos. Las tripas, desparramadas por el suelo y cubriendo su maltrecho cuerpo.
Alguien, prometo descubrir quién, había asesinado a mi guitarra.
Sobre el autor: Javier López
Imagen: A Pear, de nolencole en deviantArt
2 comentarios:
Y seguro que fue un mal guitarrista o un demonio como Paco de Lucia...
muy bueno...
Paco no las rompe: tan solo las somete.
Gracias, Esteban, un saludo!!!
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