Fue socorrista en cada terremoto, auxilió a los inundados como voluntario, donó sangre, ocultó a los refugiados, marchó contra la guerra. Y cuando él apareció rezumando ira, dijo:
—¿Qué esperabas, padre? ¿Acaso no está escrito que esta es una lucha perdida?
Sin más explicaciones, el anticristo continuó vendando heridas.
Acerca de Néstor Darío Figueiras
1 comentario:
Hola Néstor,me encantó.
Neli :)
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