Tras ser atropellada por un automóvil que se dio a la fuga, la mujer se incorporó con dificultad, comprobó que tenía algunos cortes que empezaban a cerrar y magullones que pasaban rápidamente del violeta al rosado. ¿Qué ha ocurrido? No lo entiendo. Tardó algunos segundos más en comprobar que los golpes la habían reconfigurado, optimizándola. Veía mejor, se sentía más fuerte, podía oír sonidos lejanos y oler aromas jamás imaginados. Trató de caminar y levitó. Quiso hacer pie en la cúpula de la iglesia y la hizo añicos. O sea… se dijo. Bueno: no hay mal que por bien no venga. Y se lanzó a curar aflicciones y reparar daños con la mirada puesta en el guionista y el dibujante que realizarían una historieta destinada a convertir a Batman y Superman en unos patéticos jubilados.
Sobre el autor: Sergio Gaut vel Hartman
7 comentarios:
muy bueno Sergio...
Superella?
No, no es Superella. Diré que me inspiré en un hecho real que le ocurrió a un miembro del grupo...
Fantástico Sergio!
Saludos!
Fantástica supermujer, ¿no?
Fantástica supermujer, supercuento... aquí todo es fantástico, y por supuesto vuestra compañía.
Saludos a todos.
Y lo del hecho real, a ver si en privado nos das alguna pista... si es que se puede dar!!!
A veces un buen porrazo nos reconfigura por dentro. Felicitaciones por un muy buen cuento, Sergio.
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