lunes, 17 de octubre de 2011

Camino de la locura - Daniel Fernández


No hay tregua en el camino de la locura, cuando las cuerdas que te sujetan cada vez están más tensas, y los cimientos de la cordura comienzan a temblar. La luz se hace más brillante, pero a impulsos, viene y se va, y cada vez son más largos los ratos a oscuras, y es cuando las manos de la sinrazón se aprovechan, te empujan de un lado a otro. En los pocos momentos de lucidez pides ayuda, pero el mundo está sordo y no atiende a tu llamada de auxilio. Ahora, todo está perdido, y las resbaladizas paredes del pozo ya no te dejarán salir. Nunca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todos tenemos algo de locura dentro de nosotros, lo ideal es controlarla y que no se apodere de nuestro comportamiento.