DESMORALIZANTE
Olga A. de Linares
La hormiga volvía para el hormiguero, cargada como siempre, cuando la distrajo el griterío que venía desde un cantero.
Curiosa, enfiló para ahí. Todo el bichaje estaba alrededor de una piedra-escenario..
—¿Qué pasa? —preguntó
—¿De dónde salís, que no te enteraste? —la despreció una Mariquita toda tatuada de verde.
—¡Es Chicharra’s Way, man! —zapateó un Ciempiés lleno de piercings.
La hormiga aguzó la vista.
Iluminada a full por las luciérnagas, la Cigarra.
La que se la pasaba con la guitarrita, mientras ella sudaba la gota gorda laburando.
Estaba divina, y mostraba un disco de oro, mientras la vitoreaban grillos y mariposas fanatizados. Debajo de una margarita, su Ferrari roja relucía bajo el sol.
Se dice que la hormiga anda buscando a La Fontaine, para decirle qué puede hacer con su moraleja.
Ilustración: Salvador Dalí
Curiosa, enfiló para ahí. Todo el bichaje estaba alrededor de una piedra-escenario..
—¿Qué pasa? —preguntó
—¿De dónde salís, que no te enteraste? —la despreció una Mariquita toda tatuada de verde.
—¡Es Chicharra’s Way, man! —zapateó un Ciempiés lleno de piercings.
La hormiga aguzó la vista.
Iluminada a full por las luciérnagas, la Cigarra.
La que se la pasaba con la guitarrita, mientras ella sudaba la gota gorda laburando.
Estaba divina, y mostraba un disco de oro, mientras la vitoreaban grillos y mariposas fanatizados. Debajo de una margarita, su Ferrari roja relucía bajo el sol.
Se dice que la hormiga anda buscando a La Fontaine, para decirle qué puede hacer con su moraleja.
Ilustración: Salvador Dalí
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