sábado, 13 de septiembre de 2008

El retrato de Oscar de Wilde - Claudio Amodeo


EL RETRATO DE OSCAR DE WILDE
Claudio Amodeo

Tenía un retrato en casa que funcionaba como el de Dorian Gray, pero que, en lugar de envejecer, engordaba. Me lo pintó don Basile, quien siempre se sorprendía de verme tan flaco, y, pensándolo bien, creo que lo hizo a propósito.
La cosa es que tras unas comilonas descomunales, increíbles, orgiásticas, no engordé un gramo y así quedó demostrada su magia. A partir de entonces di rienda suelta a mis deseos más carnales (literalmente hablando) y llegué a hacerme conocido y ganar mucho dinero. Me reí de todas las dietas existentes, destruí a muchos personajes famosos que a mi lado engordaron asquerosamente y gané muchísimas apuestas a incrédulos millonarios.
El problema fue que mi retrato subió tanto de peso que arrancó los clavos de la pared y se estrelló contra el piso.
Ni les cuento lo que fue aumentar doscientos kilos de golpe…

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