—¡Me tenés podrida con llamarme “brujita mía” o “la bruja” delante de tus amigotes! ¡Tengo nombre, carajo! ¡Si querés que sea bruja, entonces vas a ver! Mirá como salgo gritando: “¡Soy una bruja, soy una bruja!” —Eso le dijo Elizabeth How a su marido, mientras salía a la calle, a grito pelado, rompiendo la calma veraniega de aquel 15 de julio de 1692 en la tranquila villa de Salem, en la colonia de Nueva Inglaterra.
Fotografía: J.V.Ortuño
5 comentarios:
Jajajaja mal pedo, maaaal pedo…
Acto seguido, se desata la paranoia, jajajaja
Es como gritar “se escapo un liion” en el zoológico jajaja
Saludos.
Han pasado cosas peores.
Genial, Daniel. ¡Bravo!
Y es que si sólo con sospechas la humanidad comete las peores atrocidades, con una declaración...
Perfeito!
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