jueves, 11 de septiembre de 2008

Verdugeadas - Jorge Martín


VERDUGEADAS
Jorge Martín

No le agradaba que lo tildaran de antipático. Reconocía que le costaba ser sociable cuando conocía a alguien, le costaba entrar en confianza, pero su trabajo era muy exigente, de precisión, no podía darse el lujo de distraerse. La gente te critica por todo, pensaba, me gustaría verlos en mi lugar, volver a casa hechos un desastre.
Había decidido no escuchar los comentarios insidiosos, aunque su mujer seguía insistiendo para que cambiara de trabajo; como si hubiera tanto para elegir. La paga era buena y no tenía problemas con los vecinos a pesar de lo que opinaban de él. Aceptaba que el uniforme no le quedaba nada bien, y si bien la esposa le había añadido un ribete, la capucha no lo favorecía. Sin embargo, a pesar de la animosidad general, a él le gustaba llevarse bien con todos aunque después tuviera que cortarles la cabeza.

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