jueves, 11 de septiembre de 2008

Visitantes de dormitorio 13 - José Vicente Ortuño


VISITANTES DE DORMITORIO 13
José Vicente Ortuño

Abrió los ojos. En su dormitorio no había nadie. Estaba solo.
—¡Oye autor! —gritó a la oscuridad.
—¿Y ahora qué quieres? —dijo una voz profunda.
—¿Esta noche no viene nadie?
—¿Para que luego me venga amenazando el sindicalista, eh?
—¡Pero has firmado un contrato!
—Que dice que saldrás en mis historias y tendrás un nombre.
—¿Y cómo me llamo?
—Nepomuceno.
—¡Es el nombre más feo que he oído nunca!
—¡Ah, se siente! —dijo el autor con retintín—. El contrato no estipula ese punto, por lo tanto te puedo llamar como quiera.
—¡No es justo!
—Sí, la vida es muy triste —la voz soltó una carcajada.
—Bueno, vale —dijo Nepomuceno resignado—. ¿Qué hago en esta historia?
—He sido muy duro contigo, así que hasta “Visitantes de dormitorio 500” dormirás a pierna suelta.
—¡Noooooo…! —gritó el personaje, pero poco después roncaba plácidamente.

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