PLACER MORBOSO
Silvana Álvarez
Ella los buscaba y los seducía lentamente hasta que llegaba el momento del beso, cuando acariciaba sus cuellos y con uñas filosas les cortaba la yugular, se chupaba los dedos y gozaba de su vampírica obra.
Después, ya en su guarida, se arreglaba las uñas elucubrando un futuro momento de éxtasis.
Hasta que llegó él, y con los labios impregnados de veneno le rozó la garganta. La viuda negra murió en su propia ley.
Después, ya en su guarida, se arreglaba las uñas elucubrando un futuro momento de éxtasis.
Hasta que llegó él, y con los labios impregnados de veneno le rozó la garganta. La viuda negra murió en su propia ley.
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