SUICIDIOS Y PLUMAS JOSÉ
Luis Vasconcelos
Abrí los ojos y supe que mi suicidio había fracasado. Arranqué sin pudor la pluma que salía de mi oreja.
Harto de mi vivir lo intenté una y otra vez. Los conatos abortaban pero surgían más plumas por cada tentativa fallida.
Un día entendí que mientras más intentara poner fin a mis días, mis posibilidades de convertirme en un ser alado se acercaban y decidí aceptar los designios celestiales.
Plumas multicolores cubrían mi cuerpo. Era emocionante. En dos o tres intentonas más sería querubín. Ya me veía alabando al Creador.
Acometí con enjundia la tentativa final y volví a fallar. Abrí los ojos y no supe si estaba en el Limbo. Quise decir algo y apenas pude cacarear; me removí sobre un montón de paja y con alegría descubrí que había puesto un huevo.
Harto de mi vivir lo intenté una y otra vez. Los conatos abortaban pero surgían más plumas por cada tentativa fallida.
Un día entendí que mientras más intentara poner fin a mis días, mis posibilidades de convertirme en un ser alado se acercaban y decidí aceptar los designios celestiales.
Plumas multicolores cubrían mi cuerpo. Era emocionante. En dos o tres intentonas más sería querubín. Ya me veía alabando al Creador.
Acometí con enjundia la tentativa final y volví a fallar. Abrí los ojos y no supe si estaba en el Limbo. Quise decir algo y apenas pude cacarear; me removí sobre un montón de paja y con alegría descubrí que había puesto un huevo.
1 comentario:
maravilhoso! fantastico!
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