—Hijo, sabes que desde que eras pequeño he intentado inculcarte que no fueras derrochador en la vida y que trataras siempre de guardar algo para garantizar tu futuro. Ahora me dices que estás sin dinero. Y te lo advertí, deberías haber sido más prudente para tener el porvenir asegurado cuando fueras mayor.
—Si madre. Y te hice caso y fui ahorrador. Pero lo que yo nunca esperé es que hoy estaría celebrando mi ciento cuarenta y tres cumpleaños. Por más que hubiera hecho, el dinero nunca me habría llegado para tanto.
—Sea como sea, una madre nunca deja de preocuparse por su hijo. Así que preguntaré a tu abuelo a ver si aún conserva algunos de sus ahorros y puede echarnos una mano.
—Si madre. Y te hice caso y fui ahorrador. Pero lo que yo nunca esperé es que hoy estaría celebrando mi ciento cuarenta y tres cumpleaños. Por más que hubiera hecho, el dinero nunca me habría llegado para tanto.
—Sea como sea, una madre nunca deja de preocuparse por su hijo. Así que preguntaré a tu abuelo a ver si aún conserva algunos de sus ahorros y puede echarnos una mano.
Imagen: Horse de Yann Arthus-Bertrand
2 comentarios:
Flautas! Sí que se necesita previsión para semejante tramo. Bien decía Sofocleto, un peruano que publicó los Sinlogismos que "vivir hasta los cien años es la muerte"! Menudo sistema previsional se necesita... muy imaginativo, Javier!
Gracias Ogui. Yo sólo espero no tener esos problemas económicos a los 143...!!!
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