jueves, 28 de octubre de 2010

El mal estado de la aceituna – Héctor Ranea



Una mosca blanca se posó en un olivo milenario de Mallorca. Por fuera, las aceitunas salvajes parecían ser idénticas pero por dentro, en el hueso, un gusano lo corroía hasta devorarlo. Al llegar a la pulpa se metamorfoseaba en un animal similar a una aceituna.
Éstos fueron devorados por gaviotas y las aceitunas mutantes se expandieron por todo el Mediterráneo. El aceite de oliva comenzó a tener mal sabor. Los expertos encontraron que su nivel de proteínas lo asimilaban más a una manteca porcina que al producto vegetal.
La invasión dejó sin olivares a Europa, y ya viajaba por el planeta para apoderarse de todos los olivares. En menos de un año desapareció el aceite de oliva.
Mucho antes que eso, la StandOil sacó una versión sintética del aceite de oliva que se llamó Mosca Blanca.

4 comentarios:

Mónica Ortelli dijo...

Excelente. ¿Por qué será que no se me hace para nada difícil creer en este micro?
Saludos

Ogui dijo...

¡Gracias, Mónica! Tal vez esto suene posible...

Lucía dijo...

Algo así como el aceite de canola?

Lucía dijo...

Algo así como el aceite de canola?