jueves, 14 de octubre de 2010

Volver con la mano cambiada - Maria Brachetta


Una tarde de viernes la muchacha se merendó diferente. No pudo creer que junto con el tiempo hayan viajado tantos cambios.
Sentada en forma fetal en la línea de su vida, mirando atrás y adelante, lloraba mientras dudaba haber elegido correctamente. Y es que aunque uno lo desee intensamente nunca se puede volver a ser lo que fue, la pregunta era por qué.
Sin saber cómo seguir, y sin brújula alguna, una leve sonrisa acompañada de una tristeza ahogada le recordaron que antes se encerraba en su cuarto a soñar, y luego lo escribía.
Estaba frente a la computadora y había vuelto a escribir.

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