lunes, 10 de enero de 2011

Éxodo - David Moreno



Los primeros rayos de sol iluminan timoratos las ventanas de los edificios. Un nuevo día comienza y sorprendentemente en las calles se respira un silencio y una quietud extrema. No hay un alma paseando ni en auto. Los semáforos continúan con su fútil alternancia.
Preocupado, llamo con mi celular a la policía pero nadie responde. Con los dedos temblorosos marco el número de mi madre, el de mi padre, el de mi novia, el de mis amigos y, con todos sucede lo mismo.
Totalmente angustiado por mi soledad, busco sin resultado positivo en las casas por si alguien hubiera quedado rezagado.
Alcanzo una plaza donde no hay niños, ni perros, ni palomas, tan sólo bancos vacíos y estatuas.
Creo que esta vez he sido el último en abandonar la ciudad.

Tomado de No Comments

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