jueves, 3 de marzo de 2011

Intromisión - Silvia D'Imperio


Cuando yo era una niña adoraba sentarme entre las mujeres grandes a escuchar sus conversaciones. No recuerdo nada de lo que hablaban.
Me gustaba la energía circulante entre ellas, la intimidad.
Me gustaba ser una mujer más.
Pero mi mamá siempre decía:
—¡Ya está ésta otra vez en el medio!
Y ahora es ella la que, cuando llegan mis amigas, se sienta entre todas y nos escucha hablar. Y habla también. Mucho habla. Tanto que ahora la que se enoja soy yo.

3 comentarios:

Alhami dijo...

.



...jajajaja quizás esa se su misión... invertir los papeles

besos

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

Interesante. Tal vez la diferencia de las intervenciones (inocencia vs. malicia) te permitan explorar el tema desde otras perspectivas y otras extensiones.

DINOBAT dijo...

Todo vuelve...