sábado, 6 de septiembre de 2008

Adansonia - Olga A. de Linares


ADANSONIA
Olga A. de Linares

Adán agoniza.
Recuerda entonces el Árbol de la Vida, cuyo fruto da la inmortalidad. ¡De ése debieron comer, no del otro! ¿Estará aún a tiempo?
Llama a Seth, y lo manda a convencer al Ángel Custodio del Paraíso de darle una de esas frutas. Viéndolo partir, Adán sueña...
Pero ya es tarde para él cuando el hijo, finalmente, regresa.
Seth dice que todo lo que el Ángel quiso darle son tres semillas, y las muestra a todos.
Los deudos, emocionados, las plantan sobre la tumba. Confían en que, tarde o temprano, todos serán inmortales.
El baobab, por supuesto, los sobrevive a todos.
Al Ángel lo divierte la ingenuidad humana... ¡Inmortalidad! ¡Faltaba más! ¡Cómo si ya no fueran una plaga viviendo sus efímeras viditas!
Además, ¿no iba bien con el nombre y las pretensiones del solicitante un árbol llamado Adansonia?

Fotografía: J.V.Ortuño

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