martes, 2 de septiembre de 2008

Arde el papel – Sergio Gaut vel Hartman




El joven leía ensimismado, sin preocuparse por el café que se enfriaba en la taza y mucho menos por la extraña gente que iba llenando el bar. De pronto sintió un irresistible deseo de fumar, pero recordó que no tenía con qué encender el cigarrillo. Buscó con la mirada y reparó en el hombre de la mesa vecina, vestido de uniforme, aunque no era militar. Se atrevió a encararlo.
—¿Me da fuego, por favor? —dijo.
—¡Por supuesto! —respondió Montag mirando el libro que reposaba sobre la mesa—. Si quiere correr el riesgo...