DE EXTRAÑOS AMORES
Alberto Paz
Sentado en el muelle, viéndola a los ojos como solo los enamorados saben hacerlo, abrió su pico para que ella sacara del interior un pequeño estuche.
—Sí, acepto —dijo la anciana al ver el anillo de perla mientras el otro aleteaba emocionado.
—Sí, acepto —dijo la anciana al ver el anillo de perla mientras el otro aleteaba emocionado.
1 comentario:
Jajaja eso de casarse con otras culturas y condiciones sociales está raro, pero con otras especies jajaja ya ni la hace la viejita… o será que le gusta mucho el pájaro?
Saludos
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