HUELLAS
Olga A. de Linares
Han recorrido kilómetros sin hallar señales de vida. Sin embargo, los detectores de la nave señalaron su existencia. Es lamentable que un pulso electromagnético les impidiera precisar en qué lugar del planeta hallarlas.
Divisan una sucesión de crestas no demasiado altas. Las remontan, preguntándose qué las habrá causado: no hay rastros de agua ni de actividad tectónica. Tampoco tienen el aspecto de cráteres de impacto. Conducen el BUG hacia un monte relativamente alto, a fin de tener una visión panorámica de esas formaciones. Confían que también les permita hallar algún indicio de inteligencia extraterrestre.
El cambio de punto de vista da respuesta a sus esperanzas. Pero los astronautas se sienten más aterrados que satisfechos... Porque, desde la altura, las sinuosidades del terreno se revelan como una serie de pisadas descomunales, en fuga hacia el horizonte.
Y, a lo lejos, una sombra avanza.
Divisan una sucesión de crestas no demasiado altas. Las remontan, preguntándose qué las habrá causado: no hay rastros de agua ni de actividad tectónica. Tampoco tienen el aspecto de cráteres de impacto. Conducen el BUG hacia un monte relativamente alto, a fin de tener una visión panorámica de esas formaciones. Confían que también les permita hallar algún indicio de inteligencia extraterrestre.
El cambio de punto de vista da respuesta a sus esperanzas. Pero los astronautas se sienten más aterrados que satisfechos... Porque, desde la altura, las sinuosidades del terreno se revelan como una serie de pisadas descomunales, en fuga hacia el horizonte.
Y, a lo lejos, una sombra avanza.
Fotografía: J.V.Ortuño
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