Gregorio Samsa despertó convertido en un monstruoso dinosaurio. Pero no estaba solo. En un rincón del dormitorio, ajenos a todo, Borges, Kafka y Monterroso discutían sobre fantasía, eternidad y cucarachas. Samsa respiró aliviado al comprender que él sólo era un sueño de los escritores y se volvió a dormir.
miércoles, 3 de septiembre de 2008
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