viernes, 5 de septiembre de 2008

Rey robot - Claudio Amodeo


Seguimos el rastro marcado por InteliSat y arribamos al desarmadero como estaba previsto, para la medianoche del 24. La oscuridad reinaba y debíamos mantener una alerta constante. Un chillido agudo y débil nos orientó. El monstruo estaba cerca.
Avanzamos sigilosos hasta alcanzar una herrumbrosa sala de máquinas. Rodeamos un gigantesco rotor dormido y hallamos a los dos androides fugitivos temblando de miedo.
Wizatron había acertado: era la noche del alumbramiento.
Intentaron ocultar al engendro, pero la falta de parte de sus cerebros electrónicos los delataba: habían dado vida al monstruo, a aquel que, según Wizatron, sería el rey de los androides, el nuevo Mesías, un dios encarnado que liberaría a su pueblo y subyugaría a la humanidad.
Apunté mi fusil y disparé sin vacilar.

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