SOBRE LA HUIDA
Cristian Mitelman
Te persiguen. Subes la pendiente y el cansancio parece anclarte las piernas. Te persiguen. Inesperadamente comienzan a alejarse los ladridos. Miras atrás, aliviado. ¡Por fin ves que la turba inicia el camino de retorno!
Ya no sientes esa carga atroz. A unos pocos pasos, ves un cuerpo tirado. Es el tuyo.
Ya no sientes esa carga atroz. A unos pocos pasos, ves un cuerpo tirado. Es el tuyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario