jueves, 2 de octubre de 2008

Dolor - José Luis Zárate


DOLOR
José Luis Zárate

La pierna que no existía empezó a dolerle, golpeó la cubierta con su pierna de palo para que ese fantasma dejara de molestarle.
Esto es la realidad, esta madera.
Se acercaban a buena velocidad y el animal no daba señales de huir. ¿Qué demonios?
La ballena blanca llevaba un buen tiempo muerta, hinchada con los gases de la descomposición flotaba aún.
Ahab gritó al verla. Lloró como no lo habría hecho de ver su barco hundido.
¿Así terminaba todo?
Esa noche la pierna arrancada le dolió más que nunca. Se fue a cubierta tratando de calmarla. Miró el horizonte y entonces sintió la vieja ira, y el antiguo deseo de venganza. Porque ahí estaba aún, en el sitio del dolor y la herida, justo a ahí, donde no había nada (y por ello fuera de su alcance): Moby Dick.

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