—¡Mamá! A mis creados se les está terminando la pila...
—No importa; basta de jugar por hoy; es hora de ir a hacer la tarea.
Los torpes títeres, ante la proximidad del final, se dejaban llevar por la inercia, y chocaban unos contra otros, se herían y mataban. Eso produjo una momentánea tristeza en el pequeño dios, quien contempló una vez más a sus creados. Pero poco después, ya perdido todo interés, los arrojó a la gran caja contenedora, selló la tapa y se marchó a cumplir con sus obligaciones.
—No importa; basta de jugar por hoy; es hora de ir a hacer la tarea.
Los torpes títeres, ante la proximidad del final, se dejaban llevar por la inercia, y chocaban unos contra otros, se herían y mataban. Eso produjo una momentánea tristeza en el pequeño dios, quien contempló una vez más a sus creados. Pero poco después, ya perdido todo interés, los arrojó a la gran caja contenedora, selló la tapa y se marchó a cumplir con sus obligaciones.
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