lunes, 6 de octubre de 2008

Ser mujer de cabellos agitar - Jorge Márquez Flores


SER MUJER DE CABELLOS AGITAR
Jorge Márquez Flores

Tan largos eran sus cabellos, que algunos decían: “indudablemente es Rapunzel”. Y sus ideas tan cortas, que otros aseguraban: “definitivamente no es Einstein”. Los agitaba a voluntad, uno a uno, o todos a la vez, como haría Medusa con los suyos: serpientes. Pero los largos cabellos de Rapunznoeins eran finos, de apariencia normal, aunque caminaran por ellos sus pies. Trenzados, los empleaba como tirano látigo, o le servían para estrangular mediocres amantes. Cuando se soltaba el pelo, enloquecía al hombre con cien mil caricias sedosas y lo envolvía toda la noche para convertirlo en mariposa o polilla. Podía ondular su pelo en armonía con su respirar, evocando oleajes, cascadas y sinuosas telas de femenino tacto. Unos le temían, otros la idolatraban...
“Conozco bien tu Némesis”, le advirtió un día, con voz cascada, un hombre débil y calvo.

No hay comentarios: