lunes, 6 de octubre de 2008

Drama capilar - Sergio Gaut vel Hartman



El colapso del capitalismo, con sus secuelas de desorden y pillaje generalizado, no agarró desprevenido a Superman. Pero para atrapar a todos los malvados y ponerlos entre rejas era necesario multiplicarse; se necesitaban cientos de Supermanes tan fuertes, nobles y justicieros como el original. Así fue como el superhéroe plasmó la brillante idea de combinar las técnicas de fabricación de Dolly con los conocimientos de los sabios de Krypton. Sólo se necesitaban algunas células, por lo que tomó los pelos que encontró en su cepillo y se los entregó al genial bioingeniero Gipsy Aceituna. Lo que ninguno de los dos supo nunca fue que el maldito cepillo había hipnotizado a Lois Lane para que se peinara con él al levantarse, tras pasar la noche con el Hombre de Acero. Como consecuencia de esta distracción el comunismo se volvió a apoderar del mundo.

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