SUICIDAL TENDENCES
Alejandro Bentivoglio
Pensé en salvarme solo. Después de todo, yo no quería subir al barco. Me fui a la cubierta y desde ahí observé el océano que se extendía por todas partes. Unos hombres se me acercaron y me dijeron que volviera abajo. Llovía. Llovía desde hacía días y días.
—No —dije—. No voy a volver.
Y me tiré al agua.
—Menos mal que traje más de una pareja de lemmings —murmuró Noé, pero ya me hundía y tal vez no lo escuché.
—No —dije—. No voy a volver.
Y me tiré al agua.
—Menos mal que traje más de una pareja de lemmings —murmuró Noé, pero ya me hundía y tal vez no lo escuché.
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