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Adolfo Hitler (1889-1965) fue un pintor de acuarelas que goza de cierta celebridad después de su muerte gracias a la frivolidad de los coleccionistas. Ayer, en una subasta realizada en la Galería Sobiewski de Varsovia, su acuarela “Horno crematorio en Dachau” fue rematada en 42 millones de zlotys luego de una fuerte puja entre el magnate naviero Karol Wojtyla y el industrial avícola Arnold Schwarzenegger. El principado de Linz presentó una queja formal ante el gobierno polaco, aduciendo que la citada tela fue robada por oficiales de ese país durante la Gran Guerra Esteuropea de 1948, pero la protesta fue desestimada. Cuando Hitler murió en su casa de Malibú, tras una dilatada carrera como escenógrafo en películas de menor cuantía, no había logrado vender ninguna de sus pinturas.
1 comentario:
Que conto bem arquitetado!Maravilhosa idéia e formulação!
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