LA NAVE VA
Jorge Márquez Flores
Nunca hubo en los siete mares nave tan difícil de maniobrar, decían todos. Se negaba a navegar el rumbo dictado y los timones obedecían a regañadientes las exigencias de la tripulación. Pero por fin habían llegado a su destino, a contraviento y a pesar de tantos navíos a la deriva, tantos rumbos sin sentido y nadie para desembrollar semejante caos. Finalmente estaban emparejándose a estribor con aquel otro navío de interesante diseño aerodinámico. ¡Contacto! En adelante, todo marcharía casi en piloto automático. En toda la historia de la humanidad, pocos homúnculos habían tenido problemas en pilotear a un hombre y a una mujer durante la compleja travesía necesaria para llevarlos a las playas de la procreación. ¡Prepárense para el abordaje!, ordenó seriamente el Capitán.
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