Una amiga mía se compró una comadreja, que resultó ser muy caprichosa. El bicho no quiere estar en la jaula, así que campa a sus anchas todo el día. Tampoco quiere comida de lata, sino sólo refinados guisos, y se enfada si la comida no está a tiempo. No muerde, pero enseña los dientes a la mínima. Cuando ella llega del trabajo, las botellas de licor están vacías, y la comadreja duerme en el sofá, con la tele encendida, toda la casa sucia y revuelta. Y ya lleva días insistiéndole en que el piso esté a nombre de los dos.
Tomado de: http://cienpalabras.blogspot.com/
Imagen de NASA / JPL-Caltech / STScI-ESA / S. Bush, et al. (Harvard-Smithsonian CfA)
2 comentarios:
Fantástico bicho, fantástico cuento.
Casi humana, casi hombre, esa comadreja..
Publicar un comentario