Los jawilej podemos transponernos de un lugar a otro a gran velocidad. Nos comunicamos mediante parpadeos y cuando sentimos pena o algún peligro nos acecha, cambiamos de color y emitimos ultrasonidos. Nuestro hábitat es reducido, pero las tareas que tenemos asignadas nos ocupan demasiado tiempo, lo que nos permite franquear fácilmente esa incomodidad.
Nos dedicamos a recolectar las cosas perdidas del mundo y las acarreamos hasta Jawilejland.
Ningún humano ha venido a reclamarlas jamás. Mientras aguardamos que alguien las añore, nos divertimos con tan inusitadas pertenencias, en esta fantástica comarca.
Tomado de: http://facalderari.blogspot.com/
3 comentarios:
Y nosotros disfrutamos leyendo esas añoranzas perdidas en la fabulosa Jawilejland.
Bonito relato.
Seguramente ellos guardan allí las medias perdidas (una de cada par).
Fijo que tienen una tienda entera con cosas mías!!! XD Un microcuento fantástico y muy original!
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