Los vegetarianos me dijeron que una nuez tiene las mismas proteínas que un bife. Así que el domingo compré nueces. Soy mujer de ideas antiguas o bien de escasos artefactos modernos. Ergo: no dispongo de rompenueces. De modo que pretendí partir a las condenadas golpeándolas contra la mesa. Imposible. Apelé a mi instinto y apreté una contra otra. Infalible.
La comprobación me enseñó que aun con feminismo y todo, la mejor forma de dividir a las mujeres no es aplastándolas contra el piso -como nos hacen a algunas- sino apretando una contra otra. Como las nueces.
La comprobación me enseñó que aun con feminismo y todo, la mejor forma de dividir a las mujeres no es aplastándolas contra el piso -como nos hacen a algunas- sino apretando una contra otra. Como las nueces.
Publicado en Come, éste es mi cuerpo, Buenos Aires, Ediciones Último Reino, 1997.
Tomado de: http://ficcionminima.blogspot.com/
1 comentario:
Mulheres... sempre competindo! Excelente.
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