La tigresa está triste. ¿Qué tendrá la tigresa? En cada árbol ha frotado su historia de rayas y colmillos, trigo trigando su boquita de fresa.
Cuando la luna se alza en su locura, el tigre muerde una cola que podría ser la suya, e imagina el diálogo:
Somos un sueño imposible.
Has estado leyendo a Borges.
No, sólo canto boleros.
¿De dónde vienen estas palabras? –se pregunta el tigre, acechando a la tigresa. Y no comprende que ella es parte del sueño, que en esos cinco metros que los distancian hay puntos suspensivos que se descuelgan como arañas urdiendo lo interminable.
Tomado de: http://lilielphick.blogspot.com/
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