Vino - Esther Andradi
Mi cara se parece cada vez más a una pasa. Las arrugas me visten la sonrisa de lomo de tortuga, el llanto de crisálida, la seriedad de pasa nomás. Por eso bebo tanto. Para macerarme en alcohol y así poder tragarme. Lástima que no puedo sobornar al espejo.
Pero quizá termine disolviéndome en saliva, acogiéndome al privilegio de las hostias.
Publicado en: Come, éste es mi cuerpo, Buenos Aires, Ediciones Último Reino, 1997.
Tomado de: http://ficcionminima.blogspot.com/
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