¡BUM!
Patricia Oyola
“LOS ANGELES INK”.
Las cámaras se encienden. Kat comienza con el trabajo. Entra un hombre alto, delgado, de cierta edad. Se dirige a ella con un acento extraño y sus ojos claros la contemplan con gélida inocencia. Elije un sencillo tatuaje en blanco y negro: un rifle y un año, 1963.
—Una cuestión sentimental —dice lacónicamente. Kat trabaja en silencio y antes de que el hombre se retire, le pregunta su nombre. Al llegar a la puerta, él hace un ademán con los brazos, apunta a la cámara y, con una sonrisa, contesta:
—Lee... Lee Harvey Oswald… —y desaparece calle abajo.
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