COMO PELUDO DE REGALO
Olga A. de Linares
Yo era el taura más mentau del Bajo... A mí, ningún cajetilla me mojaba la oreja, y las percantas ¡se morían por este varón...!
Pero ahora... estoy hecho un calzonudo... Les bato la posta de lo que me anda pasando.
Mi santa viejecita, que velaba por mí desde el cielo, tuvo la pésima idea de volver al rioba...
¡No, qué camelo ni camelo!
¡Y como fantasma, juro por la que me alumbra, la finada está más pesada que nunca!
Todo el día con la persecuta: “¡Nene, no tomaste toda la sopa!”, “Pa’mí, te hace falta una purga”, “Llevate un saquito, por si refresca...”
¡Así no hay guapo que aguante!
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