jueves, 26 de junio de 2008

Obsidiana - Liliana Savoia


OBSIDIANA
Liliana Savoia

Lo había comprado en una tienda de antigüedades. Pero sólo cuando llegó a su departamento pudo observarlo con detenimiento. Era un auténtico puñal de sacrificio de la cultura moteca; había hecho una magnífica adquisición. Lo guardó bajo llave en un cajón de la biblioteca y se fue a dormir. Hacía frío, por lo que se arropó antes de ser capturado por el sueño.
Lo despertó un dolor agudo y en cuanto pudo abrir los ojos vio que su propia sangre fluía por la herida cortante del puñal. El sacerdote cumplía con su misión ancestral, mientras él, boca arriba, moviendo apenas los labios, musitaba una plegaria. En la garganta oscura de la cálida noche brillaba la luna llena.

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