Mientras griegos y troyanos se trababan en singular combate, el caballo de madera, ya vacío, al descubrir a Helena asomada a una ventana, cobró vida. Sus miradas se cruzaron, Helena le sonrió a la bestia y saltó sobre su grupa.
Menelao todavía la está buscando y Paris llora sus penas.
Menelao todavía la está buscando y Paris llora sus penas.
1 comentario:
Bela solução, bastante feminina!
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