BUSINESS ARE BUSINESS
Roberto Ortiz
Buscando licor, Bukowski llegó a “El Barco Ebrio” de Ciudad Gótica. En la única mesa estaban Gatúbela y Batman bebiendo pisco. Bukowski se restregó los ojos pensando que estaba volviéndose loco. Preguntó al cantinero, que también celebraba, si era cierto lo que veía; éste le respondió que sí, que era el negocio de sus vidas.
—¿Y, eso es todo? —preguntó Bukowski.
—Pues claro que eso es todo. Los muy tontos piensan que les vendí a Superman.
Como buen traficante de armas, Rimbaud les había vendido un batimóvil de “acero de la más alta calidad”.
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