COCODRILOS III
Olga Appiani de Linares
Todo mejoró para Hilario cuando llegó a un acuerdo con el cocodrilo que vivía en su bolsillo.
Quedaron en que él lo alimentaría y le procuraría pareja.
Y al propietario del saco le serían entregados, en concepto de alquiler y de pago por los servicios prestados, todos los críos nacidos de esa unión.
Hoy, gracias al donjuanismo de su inquilino, Hilario tiene una floreciente marroquinería.
Su único problema es encontrar sacos con una gran cantidad de bolsillos, para así mantener separadas a tantas hembras y evitar, en lo posible, molestas confrontaciones y escándalos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario