CUESTIÓN DE TAMAÑO
Olga A. de Linares
Nunca los debí recoger...
Si yo jamás he dudado de que en toda leyenda hay un fondo de verdad! ¡Pero los vi tan chiquitos y simpáticos! Me dejé llevar... Claro que después de salir del Pasteur, mandé a los otros seis de vuelta a la mina, por las dudas. ¡A llorarle a Blancanieves! No dejo de pensar en la suerte que tuve de que la cosa no pasara a mayores. Porque, cuando salió la luna y el séptimo enano se transformó en hombre lobo... ¡era del tamaño de un pequinés!
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