miércoles, 11 de junio de 2008

Fieras - Olga A. de Linares


Alfredo cruza el campo. Quedó bien armada la escena del suicidio (¡providencial encontrar al tipo, casi su gemelo!). Por ese lado, todo bien. Lástima que el auto lo haya dejado a pie, en medio de la nada. ¡Y no puede pedir que lo lleven, todo se iría al carajo si lo vieran! Putea una vez más, sorteando cardos y matojos. Igual, no debe faltar mucho para llegar adonde lo espera el helicóptero. Por suerte hay luna llena, que algo ayuda. Sobre todo al lobizón, que lo ve venir y espera, impaciente, entre los eucaliptus.

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