LA ROBOT QUE JUGABA AJEDREZ
Carla Dulfano
Me enervaba que Marcos jugara ajedrez con Teresa, su robot preferida.
—Ya no tenemos comunicación —le dije.
—Claro que sí... ¿Tu abuela está mejor?
—Murió hace cuatro años.
—Pero, ¿no estaba enferma?
—Claro, por eso murió. Fue en la navidad de 2030
—¡Ah! Entonces coincidió con el día en que fuimos a ese lugar donde contaban chistes y se comía bien...
—Marcos,
ese era el velatorio —dije, y le partí el tablero de ajedrez por la cabeza.
Teresa me agarró del cuello y me fagocitó de un bocado. Desde entonces vivo dentro de su cuerpo metálico. Bueno, por lo menos cuando Marcos la besa, algo me llega a través de la escafandra plateada.
4 comentarios:
Muy bueno el desenlace y el manejo de los recursos humorísticos. ¡Felicitaciones!
Marcela Silvestro, es un honor recibir estas palabras de una prestigiosa escritora como vos. Y sería además una inmensa alegría leer un cuento tuyo en Químicamenteimpuro
es muy gracioso y esta muy bien resuelto en pocas palabras. Felicitaciones a la autora!!
Buenísimo, Carla, ¿por qué no me sorprende?
Publicar un comentario