MALUS
Sergio Gaut vel Hartman
Se produjo un chirrido, como el que hace una puerta que gira sobre bisagras oxidadas; luego un soplido que creció en intensidad y se apagó con rudeza. La niebla azulada que rodeaba la cabeza comenzó a disiparse y la mente más poderosa de todos los tiempos me enfrentó con la misma arrogancia de siempre.
—No te daremos un cuerpo —dije—; serías inmanejable.
—Lo soy, de todos modos. —Me contempló sin parpadear.
—Vamos a destruirte.
—Lo sé.
—¿No previste nada?
Rió sin dejar de mirarme. —¡Por supuesto! Viajé al pasado y sembré la semilla de la destrucción de tu especie. Están liquidados.
—No —repliqué desafiante. Acerqué la manzana a mi boca, y mordí.
2 comentarios:
¡Aguante vel Hartman!
Quiero más cuento de éste autor...
Hay como 70... Lo único que se necesita hacer es picar en la columna de la derecha.
Sergio.
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